Lo hemos pensado mucho y al final nos hemos decidido: ¡vamos a tener un blog!

Hace tiempo que veníamos dando vueltas al asunto, nos lo pide el cuerpo. No podemos esperar mucho más porque se nos va a pasar el arroz. Nuestros competidores ya tienen los suyos y nosotros no.

Por supuesto viviremos juntos todos en nuestra casa. Para eso tenemos sitio de sobra… Nuestro plan de hosting nos lo permite y no creemos que siendo uno solo vaya a ocupar demasiado.

Bien mirado son todo ventajas:

  • Queremos tener algo nuestro. Una expresión de cómo pensamos y cómo funcionamos. Le vamos a dar lo mejor de nosotros mismos.
  • Nos promocionará socialmente. Conoceremos otras personas y eso nos permitirá acceder a nuevas oportunidades.
  • Lo alimentaremos bien. Y con buenos contenidos seguro que saldrá un buen blog.
  • Ayudaremos a otras personas. Será útil para otros y les permitirá aprender a través de él.
  • Le vestiremos como queramos. Y le pondremos todo aquello que nos guste.

De lo que estamos completamente seguros es que esta aventura nos va a llevar mucho tiempo. Pero va a merecer la pena a cambio de todas las alegrías y satisfacciones que nos va a dar. Ya verás qué nerviosos nos ponemos cuando venga con sus primeras mil visitas o cuando le publiquen sus primeros comentarios.

Tenemos mucho que leer y consultar para que luego no haya complicaciones y todo funcione como es debido. Tenemos algunas preguntas:

  • ¿A quién va dirigido?
  • ¿Sobre qué va a tratar?
  • ¿Qué va a hacerlo distinto al resto?
  • ¿Cómo será de original? ¿Lo querrán mucho?
  • ¿Cómo podemos hacer para que sea sincero, claro y transparente?
  • ¿Le gustarán los Twitter, o los Facebook? ¿O jugará con ambas?
  • ¿Permitirá comentarios?
  • ¿Crecerá sano e incorporará a su dieta los mejores contenidos?

Así que empezamos a prepararlo todo: las carpetas de imágenes, los archivos de texto, el estilo, las categorías, el botón de menú y todo lo que necesite para que esta aventura sea un éxito.

¡Qué nervios!